Hoy me llevé una muy grata sorpresa. Me levanté de mal humor, porque hubiera querido hacer puente, como la mayoría de mis amigos, sin embargo, tengo trabajo hoy y mañana y un mundo de compromisos en las noches, que no se me antojan ni tantito (bueno, el de hoy si, el de mañana, también... OK... olvidemos el comentario!).

Se me hizo tardísimo, cuando abrí el ojo eran las ocho diez, sin embargo, anoche llegué a casa a las dos de la mañana y antier me dormí a las tres y media de la mañana hablando por teléfono. ¿Porqué me desvelé tanto? Por la gente, más que por las actividades. Hablar por teléfono de madrugada es algo que siempre me ha gustado, creo que es la hora del día en la que estoy más relajado y puedo expresarme mejor, aun cuando tengo sueñito, más aún cuando es con una persona tan especial como la que me tuvo hablando hasta que me dolía la garganta, ese condenado chaparro bilioso de Guadalajara que ya se ha convertido en mi AMIGO (sí, sí presúmele, mensote!). Pero eso fue antier, y por más que haya coincidencias importantísimas, casi increibles (de las que hablaré en algún post luego), lo disfruté muchísimo.

Ayer fue un día también muy especial, me sentí útil, importante, acompañado, querido, abrazando a ese cineasta loco y talentoso, ese que en unos años será mi amigo "el famoso", ese que me hace reir con sus chinos alborotados, sus uñas mordidas y sus calzones a media nalga, con sus ocurrencias y sus muestras de afecto en público (que me divierten más de lo que solían estresarme), ese que está medio loco, pero que tiene una luz y un talento que ni él mismo ha descubierto. Ese en el que creo tanto. (Tal vez no suelo decirlo Ale, pero así es).

Hoy me subí al coche y abrí el cenicero para buscar el tubito de crema de cacao que me regaló Lonchito para los labios, que he cuidado como a mi vida aunque lo encuentre en el super, porque es un objeto pequeño, barato, sencillo, pero alguien muy especial pensó en mi al comprarlo y eso lo hace un objeto extraordinario. Al abrir la portezuela del cenicero, me encontré un "post-it" amarillo, que no reconocí, lo saqué para leerlo y me llevé una muy grata sorpresa. El papelito decía:

"Sweet,
No one is worth our tears...
sadness maybe, not darkness, OK?
so cheer up Rauly Bear...
Call me for dinner (:D:D)
Kisses darling"

Inmediatamente supe quién lo dejó, inmediatamente sonreí e inmediatamente le agradecí, no el mensaje en sí, sino el detalle, la intención de alegrarme y la muestra de interés, de ese interés que te genera la vida de tus amigos, de la gente que aprecias. Me sentí muy bien, me siento muy bien, con toda la pila para la noche, con ganas de que el chaparrito se conecte y podamos platicar y nos "menseemos" media tarde y con ganas de ver al greñudo y terminar como bulto hoy en la noche!

Este post no es nada artístico, no es nada del otro mundo, no es nada demasiado pensado, lo estoy escribiendo en la oficina mientras pretendo trabajar. Este post es una presentación de mi nuevo amigo, y un enorme agradecimiento a ese "Greñitas", a quien quiero tanto, de quien espero tanto y sé que no me va a defraudar nunca.

Les dejo la letra de Capable, la canción que más escucho ahora mismo... la letra dice mucho de lo que espero de mi vida de ahora en adelante, y una foto del mensajito, de ese detalle que me hizo sonreir tan genuinamente esta mañana.