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novo... ideas from a lovely head

"No voy a contar esta historia tal como sucedió, voy a contarla tal como la recuerdo... o tal como la imagino, para que cada resto del sueño de la jornada se transforme en palabras, palabras que formen una historia, una historia en la que estemos tú y yo, siempre, volando por el universo..."

los activos también lloran... marzo 23, 2009 |

Cómo han cambiado las cosas en los últimos tiempos… A veces siento que me desconecté del mundo durante un par de años y, al regresar, todo viene a ser diferente. Lo digo en muchos sentidos, las modas, las costumbres, la música que me gustaba ahorita suena “preppy” y ser indie significa ahora algo completamente diferente. Entre todos esos cambios, me he venido a encontrar uno nuevo: está de moda ser pasivo.


Aún recuerdo cuando a buena parte de los chavos gay “dateable” de mi edad -con los que uno podría salir - les daba una vergüenza infinita aceptar su rol en el sexo (a pesar de que me consta que muchos lo disfrutaban de maneras extremas que no pienso mencionar). Les relataré una historia, que me viene muy a la mente por una película que vi esta mañana en la televisión, una de esas clásicas del cine mexicano con Pedro Infante fingiendo un acento tepiteño espantoso (¿o no fingía? Le preguntaré a mi mamá…). El punto es que la película se llamaba “Los ricos también lloran” y ZAZ! De pronto caí en cuenta de lo mucho que tenía de lógica esa frase en mi vida actual: los activos también lloran.

Hasta hace tiempo, solía ser uno más de esos gay “sólo activos” que solían salir de noche. Al hacerlo, uno suele conocer muchos chavos: mucha pluma, mucho bimbo, muchas imitaciones de LV y siempre la playera Zara con el ZARA bordado en algún lugar visible; como alguien me llamó algún día, era un bimbonizer. Una de las características más distintivas de ese cliché gay que es el “bimbo-boy” es que se enamora con la misma facilidad del iPod más nuevo, como del cabrón que se lo cogió la noche anterior. Y esa era la rutina: 1. El gay activo y humanamente despreciable (o sea yo, ehmmm bueno, como ejemplo nada más) sale y se liga a un bimbo pasivo (en antro… el ligue Manhunter lo aclararemos después); 2. El pasivo pasa la noche en la casa del activo, tienen sexo un par de veces (las que el activo quiera) y a la mañana siguiente, se va (sino es que la misma noche); 3. Mr. Bimbo espera una llamada, Mr. Activo nunca anotó su nombre (y por consiguiente, nunca lo llamará). En algunos casos, los peores, al despreciable (y a veces ingenuo) activo se le ocurrió darle el número al ligue, quien luego de muchas llamadas sin contestar, algunas grabaciones en el buzón y varios mensajitos, se deprimía un par de días, al darse cuenta de que ese chavo con el que tuvo esa “conexión tan especial esa noche”, sólo quería coger.

En algún momento aprendí que no es tan buena idea llevarlos a casa, que te pueden rayar el coche; que un bimbo dolido es más peligroso que una leona dormida a la que le acaban de quitar la cocaína (sólo que en delgado).

Esa era la rutina. Solo o con amigos, la seguía. Usando las más bajas mañas y trucos: el masajito, la cena, el vino, la caminata en el parque, la lluvia, “Efectos Secundarios” y “Shortbus”, hasta al perro! Había tantos artilugios para llevarte a alguien a la cama y luego botarlo… y, a pesar de que el activo en cuestión no es un galán consumado, invariablemente funcionaban…

Pero luego algo pasó: uno de esos bimbos pasivos resultó no serlo (bimbo, al menos…) y nuestro personaje, Mr. Activo no se lo cogió en la primera cita (a pesar de haberse ido juntos al depa a ver una película sexosa acostados en la cama). Tampoco se lo cogió en la segunda o la tercera: tardó mucho más que eso, porque Mr. Pasivo no era otro bimbo y, además, tenía novio! Al principio Mr. Activo intentó por todos los medios conquistarlo, pero nunca lo logró… nunca al 100%. Descubrió que se enamoró del único con el que no tendría la más mínima esperanza. Y tomó año y medio o algo así, cambiar de opinión -no dejar de amarlo pero al menos, volver al bimbo-market.

Y cuál fue la sorpresa! Las cosas en ese tiempo cambiaron. Ahora son pocos los “top only”, todo mundo es “interactivo” (sí, como el Papalote, museo del niño, donde tocas, juegas y aprendes) y muchos otros más son “pasivos”, proud bottoms!

Mr. Activo regresó a las andadas. En fiestas indie, en antros kitsch, en Manhunt y hasta por el Blogger. La constante era que, mientras vayas por el mundo sin ocultar que eres activo y te gusta el sexo, lo obtienes. Y sí, lo obtienes, a veces mucho más fácilmente de lo que esperabas. Aún recuerdo a algún par de twinks a los que Mr. Activo les envió mensajitos en Manhunt o Hi5 meses atrás y nunca respondieron. Pero de pronto, de buenas a primeras, le envían un mensaje al mismo Manhunt (o por Facebook, los más finos) diciéndole que lo quieren conocer y con la misma frase “Hey, mano, qué pedo, cómo andas? Buena noche!” que él solía utilizar para conocer chavos.

Pero qué cambió? En Mr. Activo o en el mundo? Algo debió pasar. Así que empezamos a probar. Cita tras cita, las cosas permanecían constantes: buen sexo en la primera cita, no further calls. Pero de pronto empezó a ser raro. Un día llegó Mr. Perfect, salió de Manhunt. Era el hombre más “cute” en haber tocado la cama de Mr. Activo, un chico de unos 24 años, pasivo, que vivía en una zona trendy de la ciudad y era diseñador gráfico, con ideas profesionales que a Mr. Activo le rayaron en lo glorioso. Y era guapo. Vaya que era guapo! Cejas pobladas que enmarcaban enormes y brillantes ojos oscuros, una nariz por demás perfecta con todo y su inclinación, una sonrisa de concurso, manos de niño travieso, pies limpios y… un pene enorme! El clean-cut guy que todos le querríamos presentar a mamá. Y fue la cita, Mr. Activo no dejaba de sudar, de nervios, porque Mr. Perfect era en realidad eso, algo demasiado bueno para ser real. Buena charla, vinito, luz tenue. Siguiente paso: una película, juego de manos, un beso, un faje, mucho más faje, una pregunta “tienes condones?”, una respuesta: “sí, pero no quiero hacerlo hoy, porque si lo hacemos se va a perder la magia, quiero volverte a ver, en verdad quiero volverte a ver…”. Mr. Perfect asintió y pareció enternecido por las palabras recién escuchadas. Siguieron jugando, le dieron nombre a sus penes, Mr. Perfect se fue a casa. Al llegar, mandó un mensaje.

Todo parecía perfecto, demasiado perfecto, de hecho. Como de cuento de hadas, pero de pronto, fue Mr. Activo quien llamó, y su call-back no fue respondida. Lo buscó por días en el Messenger, le mandó varios mensajes, hasta que se dio cuenta de que ahora era él, Mr. Activo himself, el bimbo. Y no culpamos a Mr. Perfect, seguramente debió sentirse freakeado con la situación y decidió sólo ser amable, pero qué triste fue perderlo… en verdad le hacía honor a su seudónimo.

Esto hizo que empezara a llamar a los demás, con él era comprensible, era too much, fuera de liga, pues… pero había otros menos “perfectos”. Sólo uno respondió, de los 5 o 6 que habían dormido en esa cama (al menos parcialmente) durante los últimos meses. Todos habían buscado sólo ese “one-night-stand” que Mr. Activo estaba acostumbrado a buscar en ellos.

Y con todo esto, me di cuenta de que el ambiente había cambiado sin que yo lo notase Ahora es el pasivo quien, en la mayoría de los casos, tiene el control de la situación si decides que tú eres “sólo activo”. Será que es tiempo de probar con eso de la interacción? Who knows?... la verdad no se me antoja.

También creo que puede ser un karma, la vida siempre te regresa lo que tú le das. Ahora la rutina es: 1. El pasivo te liga, 2. El pasivo te coge y 3. El pasivo te bota. No me quejo, se que sólo tengo que adaptarme y, sobre todo, ser menos intenso cuando conozco a alguien que me guste en realidad, para no ahuyentarlo y convertirme en un bimbo activo, que sí, resulta patético… Por el momento mi única duda es: cambiará algo en el Cosmos que me haga tener una segunda (primera real) oportunidad con Mr. Perfect? Si eso no pasa, creo que me quejaré de ello de por vida, voy a llorar mucho, al fin que los activos también lloran.

Mientras tanto, no habrá sexo hasta nuevo aviso.

Worrisome heart... marzo 10, 2009 |

Anoche vi la luna. Hace tiempo que no le prestaba atención, como antes, como cuando solía salir al balcón y observar las estrellas por horas, cuando eso era mi pasatiempo favorito. Lo que me asombró al voltear hacia arriba es que no reconocí las el cielo, no supe cuáles eran las estrellas que veía, fue al mismo tiempo que nuevo, atemorizante. Al principio no supe qué había pasado, si todos los cambios que han ocurrido en mi vida en los últimos meses habían mermado tanto mi capacidad de síntesis para reconocer el propio manto que me cubre cada día, pero no. O tal vez sí. Después de verlo me di cuenta de que la vida nos pone todo el tiempo en caminos nuevos, nos da oportunidades diferentes que tenemos que aprovechar, pone estrellas nuevas en nuestros cielos. Y fue una estrella flamante y hermosa la que me hizo voltear hacia arriba, un astro nuevo que llegó y que aún no sé cómo bautizar o si va a permanecer, lo único que me queda claro es que es una estrella hermosa y que, pase lo que pase, quiero verla brillar cada noche…

Me gusta ver el cielo, aunque siempre que lo hago me siento un pequeño puntito en la inmensidad del todo y a la vez parte de eso que es la vida, de eso que todos los días me atemoriza y me alienta para respirar. Quisiera que las cosas fueran más simples, quisiera ser menos clavado con todo, estar a gusto más fácilmente con mi presente, pero no es así. Nunca he sido alguien que se sienta a gusto fácilmente con nada. Siempre tengo que luchar un poco por hacer que las cosas sean como yo sueño que sean, como lo deseo. Supongo que es una cuestión generacional, creo que la gente de mi edad siempre quiere más, nunca está conforme. Y no sé si me molesta o es algo que motive. La verdad es que por el momento, me sigo sintiendo bloqueado para escribir, para pensar en muchas cosas, tengo muchos miedos y preocupaciones que no salen de mí, pero quiero dejar de pensar en ellas, quiero volver a reconocer mi cielo, quiero seguir viendo esa estrella, que aún me es tan desconocida pero que quiero que brille en mi mundo, que me ilumine cada día. Así que, a ver hacia arriba! A veces no te das cuenta, pero la estrella más hermosa baja hasta ti, sólo es cuestión de abrazarla, de desear que esté contigo, de creer en su luz…

I need a hand with my worrisome heart
I need a hand with my worrisome heart
I would be lucky to find me a man
Who could love me the way that I am
With this here worrisome heart